MARIDO POR ACCIDENTE
Hollywood lo hizo de nuevo. Una de esas comedias románticas que sacan por centenares, lo que me lleva a la siguiente sospecha: usan las comedias románticas para lavarnos el cerebro como espectadores mientras lavan plata… Gianola y su desafío del lavado hiper blanco estarían chochos. Vamos a lo que nos compete.
La película habla básicamente de una mujer, interpretada por la radiante Uma Thurman, que tiene una vida de diez como conductora de radio, tiene a su marido carilindo (Colin Firth, uno de esos que seguramente viste en alguna película pero jamás podes recordar cual… esta no va a ser la excepción, te lo vas a olvidar de nuevo). La parejita de enamorados busca una licencia para casarse y, caramba, cuando llegan al registro civil, se desayunan con que la linda Uma ya estaba casada. Esto da pie a un montón de situaciones hilarantes y todos los bla bla bla que vas a escuchar y leer de otros críticos.
Parece que a Uma Thurman se quedó con las ganas de cortar más cabezas como en Kill Bill, pero como Tarantino se fue a filmar una de guerra con Brad Pitt, a la mujer le queda hacer este tipo de películas, y como en este tipo de películas le pagan millonadas, se manda y las hace. No la culpo, son lindos los billetines verdes.
VEREDICTO: Es una película ideal para ir a ver con una dama. El hombre no queda tan mal parado (si quitamos de la ecuación el hecho de que el marido se quiere casar con una mujer que ya esta casada y no lo sabía… saquen sus propias conclusiones), nos otorga alguna que otra risa. Pero si sos un cinéfilo exigente, es probable que termines revoleando los nachos calientes hacia la pantalla, que estos snacks no solo no impacten contra el telón, sino que le den de lleno en la bocha de un ex boxeador que convierta la noche en un festín de sangre y visitas a la guardia del hospital más cercano.
CALIFICACIÓN: 3 ponchitos (o sea, entre regular y buena)
WOLVERINE
Los amantes de las historietas están fascinados por esta película, que cuenta los orígenes de uno de los superhéroes más raros del mundo que dio el noveno arte. Hablamos de Wolverine, el flaco de las garras de acero (o adamantium, para ser mucho más específicos), interpretado por Hugh Jackman (¿no suena su nombre como una onomatopeya relacionada con algún esfuerzo de toilette?), que supo darle vida digna en la pantalla grande al enano gruñón canadiense. Acá se cuenta la historia de cómo obtiene las benditas garras, todo un beneficio a la hora de ir de camping, como conoce a otros mutantes, y muchas escenas de acción super potentes a las que los muchachos del norte, tan bien nos tienen acostumbrados.
El director, Gavin Hood, que ya tiene juntando polvo en su estantería un lindo Oscar, trata de hacer un drama sobre la vida de este personaje, instalando cuestiones de su pasado bastante jodidas, que, de a ratos, parecen un chiste, pero que terminan encajando en una trama bastante compleja para dos horas de metraje. El problema es el siguiente: los que vieron las primeras X Men, ya saben como termina la película, los que no la vieron, capaz que se enganchen o no entiendan un pomo.
VEREDICTO: Cuidado con quien vas a ver esta película. Si vas con una dama, es probable que tu panza con ausencia de abdominales pierda por goleada ante el tsunami de cuerpos esculturales, aunque si a esta dama no le gustan este tipo de películas, la distracción será tal que vos podrás disfrutar de la cinta sin problemas… después, si te exige que vayas a un gimnasio 7 días a la semana porque no tenes el lomo de Wolverine, al menos habrás disfrutado la película.
CALIFICACIÓN: 4 ponchitos (o sea, muy buena)
-Por Matías Raña-
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